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Capítulo 2 Los primeros contactos

A principios del siglo XX, decenas de miles de personas habían abrazado la doctrina de los espíritus. Los fallecidos parecían haber encontrado un método para comunicarse con los vivos cincuenta años atrás, cuando las hermanas Fox –en Hydesville (Nueva York)- elaboraron un código para supuestamente dialogar con los muertos a través de golpes. Fueron varios miles los que imitaron sus técnicas y establecieron más tarde otras más depuradas, que con los años permitieron elaborar una doctrina y una filosofía ‘dictada’ por los espíritus, especialmente compilada y ampliamente divulgada por un francés, Hyppolite Leon Denizard Rivail, más conocido como Allan Kardec.

         Miles y miles de folios se llenaban con mensajes de los espíritus en América y Europa, en los que se relataban las ‘comunicaciones’ con el más allá a través de distintos métodos. Los ‘desencarnados’ presentaban como aval de su presencia distintos fenómenos físicos asociados a la pretendida comunicación, como los golpes que hicieron famosas a las hermanas Fox, ‘voces directas’ (de las que volveremos a hablar más adelante), vaciados, movimiento de objetos y un largo rosario de fenómenos, algunos de ellos tremendamente extraños y de dudosa veracidad.

         Por otra parte, en aquel entonces la electrónica comenzaba a ofrecer las posibilidades de una comunicación tecnológica, impensable años atrás. Y primero los telégrafos, después las radios y los teléfonos, irrumpieron en la vida cotidiana de miles de personas en todo el mundo. Comenzaba una verdadera revolución en las comunicaciones, donde las distancias parecían acortarse a pasos agigantados.

Y en ese momento surgieron los primeros ‘dictados’ de los ‘espíritus’ que preconizaban los contactos tecnológicos con personas fallecidas. Prueba de ello es el siguiente ‘mensaje’ aparentemente revelado a un médium en 1930 y publicado pocos años después por Suzanne Max-Getting, bajo el título de ‘Mensajes de un espíritu libre’: En uno de los pasajes el texto decía:

 

         ..En cuanto al papel de los médiums en el futuro, nosotros os hablaremos por medio de fonógrafos y vosotros nos veréis en el cinematógrafo.

 

         Otro de los mensajes, aun más concreto y detallado que el anterior, decía así:

 

...El médium desempeñará en el futuro un papel pasivo... En muchos casos, los aparatos sustituirán el trabajo de los mediums... Llegaremos por eso a prescindir del médium para recurrir al fonógrafo. El médium estará solo presente como carga fluídica para producir un ambiente beneficioso a través de su proyección... Podemos impresionar los rollos de un fonógrafo por medio de vibraciones de nuestras ondas. De esta forma nuestros pensamientos serán captados como lo son las ondas sonoras que proceden de las voces humanas que se graban en la actualidad. Una vez grabadas nuestras voces serán totalmente identificables como las emitidas por la voz... Las ondas que proyectan las entidades no están dotadas de la misma sonoridad que las que emite una garganta humana. Será necesario un producto muy sensible que se impresionará con extrema facilidad y que nos permitirá dictar a un fonógrafo como dictamos a un médium... Esta invención aun no está a punto naturalmente, pero ya se encuentra en estudio en algún mundo supraterreno...

 

         Más adelante continúa refiriéndose a la técnica como medio para comunicarse con el mundo de los espíritus, a través de imágenes

 

A continuación tendrá lugar la adaptación de la visión mediante la fotografía a distancia de las entidades, lo que permitirá llegar a unos resultados maravillosos. Visión y audición de los “desaparecidos en la tierra” lo que se traducirá en cine sonoro...

        

Las alusiones al contacto tecnológico parecen muy concretas, y esto constituye para muchos seguidores de la TCI, una prueba de las precogniciones de los espíritus. Pero en 1930, cuando fue redactado este texto, ya hacía varios años que las voces habían quedado registradas en un antiguo aparato.

 

La primera grabación

 

La primera grabación de voces paranormales que se conoce, ocurrió en la lejana Siberia de 1901. Por aquellas fechas, un antropólogo norteamericano llamado Waldemar Bogoras se encontraba estudiando a la tribu de los Tohouktchi. Con la intención de registrar los cánticos rituales de los chamanes, Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos, que captaban el sonido a través de una gran trompeta y lo registraba en un rollo cilíndrico. Es uno de los muchos inventos patentados por Thomas Alba Edison, prolífico inventor norteamericano que también se interesó por diseñar aparatos que pudieran registrar voces de los fallecidos, como veremos más adelante.

En una de las sesiones en la que Bogras grababa a los chamanes, el antropólogo comprobó asombrado como, entre las manifestaciones propias del ritual, se escuchaban unas voces que por momentos eran incluso más fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca de la trompeta ¿Eran estas voces la avanzadilla del primer contacto?

         Otra referencia casi anecdótica sobre los primeros intentos de contacto tecnológico, la encontramos en la revista Light, que publicó en 1915 un extenso reportaje donde se planteaba la posibilidad de captar ondas electromagnéticas provenientes del más allá.

         Fuera de este contexto, y sin buscar contacto alguno, el médico italiano Ferdinando Cazzamalli realizó algunos experimentos con varios sujetos que poseían determinados desequilibrios psíquicos entre los años 1923 y 1925. El trabajo de Cazzamalli, compilado en su libro ‘El cerebro radiante’, buscaba respuestas sobre cual era la naturaleza física del fenómeno de la telepatía y los mecanismos que producían el trasvase de información de una mente a otra. En el curso de sus investigaciones, el médico italiano recibió extrañas voces paranormales en un receptor de radio, aun cuando éste estaba dentro de una Jaula de Faraday, dispositivo que protege a los objetos que están en su interior de las radiaciones electromagnéticas.

         La radio es otro de los aparatos que permitiría ese presunto contacto con personas fallecidas, pero si existe un dispositivo ‘estrella’ en estos contactos, ese es el magnetofón. Desde los primeros modelos que utlizaban un alambre cono soporte magnético, hasta las populares grabadoras portátiles, pasando por todo tipo de formatos de cinta que en el último medio siglo, han sido –aparentemente- intermediarios entre vivos y fallecidos.

 

Las primeras voces en registro magnético

Curiosamente fueron dos sacerdotes católicos los primeros en conseguir voces grabadas en cinta magnética. Se obtuvieron en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán por Agostino Gemelli –fundador de la Universidad Católica de Milán- y Pelegrino Ernetti el 17 de septiembre de 1952. Ambos religiosos estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato, que utilizaba un alambre a modo de cinta magnética. El alambre se rompía una y otra vez y Gemelli exclamó en voz alta “Oh padre, ayúda me”, invocando a su progenitor fallecido. Cuando encendieron otra vez la máquina, ambos sacerdotes no oyeron el canto gregoriano que esperaban oír, sinó la voz del padre de Gemelli que decía “¡pero por supuesto te ayudaré!  Estoy siempre contigo”  Después de este incidente, los padres Gemelli y Ernetti tenían una audiencia con el papa Pio XII, a quien contaron lo sucedido y el pontífice lo consideró como un descubrimiento importante, pero no se pronunció nunca sobre este asunto. Aun así, las investigaciones de ambos sacerdotes sobre este fenómeno se prolongaron durante toda la década, haciendo diversas pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces.

Años más tarde, en 1986, el padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista italiana Oggi, donde pormenorizó sobre los resultados e investigaciones realizados desde 1952. Ernetti también sería el responsable de otro invento supuestamente capaz de fotografiar el pasado y del que nos ocuparemos en otro capítulo.

Pocos años después, concretamente en 1956, el investigador norteamericano Raymon Bayless también captó voces de origen paranormal. Durante los trabajos de investigación que estaba llevando a cabo con el psíquico Attila von Slazay, quedaron grabadas en la cinta magnetofónica voces que no se habían escuchado durante la sesión mediumnica. Bayless intentó dar a conocer sus descubrimientos a la comunidad parapsicológica, pero sufrió la indiferencia de sus colegas que no dieron importancia al fenómeno.

         Otras personas habían logrado por aquellas fechas voces paranormales en cintas de audio. Un estudioso de la vida de los insectos, el médico inglés Thomas E. New, habría conseguido registrar algunas voces que semejaban a las humanas durante sus trabajos de campo. Luego de una paciente investigación, presentó su informe a otros colegas, pero acabó renunciando a la investigación y divulgación de este fenómeno para no perder su prestigio profesional.

         Algo muy parecido le ocurrió al alemán Karl Hintzman, quien había captado voces ininteligibles en el campo. Al igual que New, decidió interrumpir drásticamente cualquier investigación al respecto.

         Y aunque las psicofonías son un fenómeno presente desde la aparición de los primeros magnetófonos, lo cierto es que popularmente se le atribuye al pintor, músico y cineasta sueco Friedrich Jürgenson el descubrimiento del fenómeno.

         Según su propio relato, el hallazgo de las voces paranormales se produjo de forma totalmente casual. Fue en 1959, cuando Jürgenson se dirigió a un bosque cercano a su casa en Mölnbo, a pocos kilómetros de Estocolmo, con la intención de grabar los trinos de los pinzones para la banda sonora para un documental sobre la vida de los pájaros. Allí dejó su magnetófono cerca de un árbol y se alejó lo suficiente para que la cinta pudiera registrar con naturalidad los trinos de los pájaros.

 

Algo más que trinos

Cuando regresó a su casa dispuesto a escuchar el material grabado, notó que entre los sonidos propios de las aves, se escuchaban voces humanas, que el investigador identificó como palabras en sueco y noruego, junto con algo de música. Volvió días después al bosque para grabar nuevamente el canto de los pinzones, esperando que esta vez ninguna voz “ensuciara” su registro.

Habiendo tomado todas las precauciones para que allí no estuviese nadie, realizó una nueva grabación. Nuevamente aparecía una voz, que le llamaba por su nombre de pila. En un principio, Jürgenson pensó que aquellas voces pertenecían a alguna emisora de radio que había entrado accidentalmente por el magnetofón. Luego de algunas pruebas, desechó la idea de una emisora de radio y pensó que estaba utilizando una cinta reciclada y que aquellas voces pertenecían a un registro anterior. Luego de repetir la experiencia varias veces y con la certeza de utilizar cintas nuevas, comprobó que las voces se repetían en algunas grabaciones.     

         Un mes después, y mientras estaba trabajando para una radio, creyó sentir una voz en alemán que lo llamó por su nombre y que le contaba cosas sobre Rusia. En otras ocasiones, sentía voces en otros idiomas como por ejemplo el italiano o húngaro. Y es que Jürgenson -tal como otros de los más importantes investigadores del tema- era un experto poliglota. Jürgenson había nacido en Odessa y su carrera artística le llevó por Palestina, Italia y otros muchos países, hasta fijar su residencia en Suecia.

         Como las voces normalmente eran inaudibles durante la grabación y solo se convertían en un leve susurro al escuchar la cinta, Jürgenson había afinado su oído hasta el punto en que cayó en una especie de proceso de alucinaciones auditivas, donde interpretaba como voces casi cualquier sonido: el ruido de la lluvia, chasquidos, etc. Ante esta situación, decidió suspender sus experimentos durante algunos meses.

         Luego de reanudar las pruebas, había un “mensaje” que siempre se repetía y que lo invitaba a seguir escuchando. Ya dispuesto a abandonar por el cansancio, Jürgenson creyó escuchar en su magnetófono una voz que le decía “... espera, espera, escúchanos”. A partir de este momento, se dedicó totalmente a la investigación de este fenómeno.

         Después de varios meses de pruebas, y con la convicción de que las voces de las cintas pertenecían a seres ya fallecidos, presentó sus grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque no le dieron demasiada importancia al fenómeno.

 

Presentación en sociedad de las voces

 

 El desinterés de los parapsicólogos suecos por las ‘voces’ no fue motivo de desaliento para Jürgenson, y en 1964 publicó su primer libro bajo el título de Voces del Universo’, donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las voces, manifestaba su opinión sobre el origen del fenómeno. Para el cineasta sueco, las voces no provenían de ningún elemento físico sino del ‘más allá’.

Algún tiempo después, Jürgenson publicó su segundo libro bajo el arriesgado título de ‘Comunicaciones por radio con los muertos’ donde afirmaba -sin ningún tipo de reservas- que era posible mantener comunicaciones relativamente fluidas no solo con personas allegadas ya fallecidas, sino que también su método servía para comunicarse con personajes históricos de todas las épocas.

Los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento las tesis de Jürgenson, sino simplemente lo ignoraron a él y a sus libros. Otro tanto de lo mismo hicieron los investigadores interesados en la Parapsicología, a excepción del letón Konstantin Raudive, quien en aquellos años residía en Suecia. Este hombre llevaba años investigando todo lo relacionado con la supuesta vida después de la muerte, habiendo publicado el libro sobre el tema "El hombre del caos y su superación".

Raudive conoció a Jürgenson en 1964, y le pidió que reprodujera ante él las voces. Así lo hizo, quien hizo escuchar a Raudive y a un grupo de amigos una selección de sus mejores registros. El investigador letón quedó impresionado con el fenómeno de las voces y vio en él una oportunidad para demostrar, con métodos empíricos, la supervivencia de la vida tras la muerte física.

 

Un trabajo en común

 Desde ese momento, ambos investigadores comenzaron a trabajar juntos en la obtención de "voces". Fue uno de esos registros obtenidos en cinta magnetofónica, el que impresionó sobremanera a Raudive. En la grabación, el investigador asoció la voz registrada con la reciente muerte de su secretaria Margaret, con quien parecen “conversar” aquellas voces.

En el curso de sus experimentos, ambos investigadores tomaron nota no solo de los contenidos de los "mensajes", sino también de las condiciones en que fueron obtenidas las voces.

 Tras haber obtenido una ingente cantidad de registros psicofónicos, llegaron a la conclusión de que las grabaciones de mejor calidad habían sido obtenidas en verano, después de la puesta de sol y cuando el tiempo estaba frío y seco. En cambio las erupciones solares o la aurora boreal afectaban seriamente a la calidad de las voces obtenidas. Esto hizo pensar a muchos investigadores, y no sin razón, que el fenómeno de las voces podían deberse a fenómenos de interferencia electromagnética, y más concretamente a emisiones radioeléctricas que podían "colarse" -y de hecho lo hacen en algunas ocasiones, especialmente en los antiguos- en el magnetofón. Este argumento se apoya en que las ondas de radio, al igual que las "voces", se ven seriamente afectadas por las tormentas solares y la aurora boreal[i]. Si además tenemos en cuenta la precariedad de la tecnología de la época, en principio no es descabellado pensar que alguna emisora de radio se "colase" por el magnetofón y dejase algún sonido grabado.

         Posteriores investigaciones descartaron que el fenómeno se deba exclusivamente a emisoras de radio, ya que en diferentes laboratorios del mundo se obtuvieron psicofonías bajo el más estricto control, utilizando micrófonos en cámaras insonorizadas, Jaulas de Faraday, etc.

         El propio Jürgenson aseguró haber realizado grabaciones en presencia de técnicos de renombre, como T.Laurent, profesor en el politécnico de Estocolmo o el Ingeniero electrónico Lemke de Münich; siendo imposible cualquier recepción de señales externas debido al fuerte blindaje de los aparatos electrónicos.

         Pero antes de seguir avanzando en las primeras investigaciones, conviene detenerse un poco en la figura de Jürgenson.

 

El polifacético Jürgenson

La vida profesional de este personaje estuvo siempre ligada al arte en sus diferentes facetas. Desde sus primeros años, estudió canto y pintura. Con la revolución rusa, su familia tuvo que emigrar a Inglaterra, y en 1932 se trasladó a Palestina para continuar con sus estudios de canto y pintura. Su carrera como cantante de ópera la desarrolló en Milán entre 1935 y 1938, pero tuvo que abandonarla debido a problemas de salud.

A partir de 1949, Jürgenson comenzó su carrera como pintor. Trabajó  en la Catedral de San Pedro, donde pintó para la posteridad ‘La ciudad de los muertos’ debajo de la cripta. Completó sus trabajos como artista de pincel fino para las autoridades eclesiásticas realizando cuatro cuadros del Papa Pío XII, los cuales se encuentran expuestos en el Vaticano.

Tras realizar excavaciones en Pompeya entre 1967 y 1969, asumió una nueva etapa artística produciendo películas para televisión. Entre sus trabajos se encuentran ‘La decadencia de Pompeya’, ‘La tumba de Pedro’, o ‘El milagro de la sangre de San Genaro’, este último premiado en Cannes en 1970.

El Papa prohibía cualquier filmación de su persona, sin embargo permitió que Jürgenson rodara ‘Todos quieren ver al Papa’, por el cual le fue concedida la condecoración de ‘Commendatore di San Gregorio Magno’, a pesar de no ser católico.

 A partir de 1970, y hasta su muerte en 1987, Jürgenson se dedicó exclusivamente a la investigación y divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.

Su vinculación con la Iglesia Católica ha provocado ciertas suspicacias entre algunos investigadores que dudan del descubrimiento casual de las voces, ya que Jürgenson bien podía haber conocido las investigaciones de Gemelli y Erneti. Y es que Pío XII conocía de boca de ambos sacerdotes sus experiencias psicofónicas, y sus en sus buenas relaciones con Jürgenson podría haberle contado estas experiencias.

Jürgenson falleció en 1987, habiendo publicado tres libros y docenas de artículos, muy pocos traducidos al castellano.

 

El trabajo de Raudive

Konstantin Raudive es otro de los iconos más importantes en la divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.

         Al igual que Jürgenson, la vida Raudive fue un constante peregrinar por varios países de Europa. Estudió filosofía e historia de la Literatura en París y España, donde fue nombrado ‘Embajador del espíritu español’ por su traducción al letón del emblemático ‘Don Quijote’.

         Sus estancias en Alemania y Suecia ampliaron su dominio de distintos idiomas, lo cual se vería reflejado también en sus trabajos con las psicofonías, donde al igual que a Jürgenson- las “voces” le hablaban en varias lenguas.

         Luego de sus trabajos en común, y por discrepancias de criterios, Raudive y Jürgenson continuaron sus trabajos cada uno por separado a partir del año 1969.

         Por su parte, el investigador letón siguió realizando experimentos con las voces, utilizando una sencilla grabadora con la que realizó más de 100.000 registros. A veces, acoplaba a su magnetofón una radio, al igual que realizaba Jürgenson por indicación de las voces. Él estaba convencido que entre la banda de frecuencias que separa dos emisoras, resultaba más fácil el manifestarse a sus pretendidos interlocutores. Entre ellos, Raudive aseguraba identificar las voces de personajes como Carl Jung, Adolf Hitler o Wolfgang von Goethe.

 

Un disco con las voces

 En el año 1969, se publicó una completa recopilación de los trabajos de Raudive, con el título de “Lo inaudible se hace audible”, donde se ofrecía además una grabación con una selección de algunas de las mejores “voces” obtenidas durante su experimentación. Su libro puso en alerta a un buen número de escépticos, argumentando que las “Voces de Raudive” eran solo falsas interpretaciones de electricidad estática, el propio ruido de la cinta y le acusaron de confundir emisoras de radio con voces de espíritus.

         Dos años más tarde, en 1971, una importante editorial inglesa se interesó por lanzar una traducción al inglés del libro de Raudive. Con el fin de realizar algunas pruebas científicas que ofrecieran credibilidad al fenómeno de las voces, se realizaron algunos experimentos promovidos por la editorial Colin Smithe, celosa de guardar su prestigio antes de arriesgarse a divulgar un fenómeno tan extraño.

         Para el primero de estos experimentos, se convocó el 24 de marzo de 1974 a un grupo de profesionales del sonido en Gerrard’s Cross (Buckinghanshire). La supervisión de las pruebas estaba a cargo de las Pye Records Ltd, con el asesoramiento de los técnicos de sonido Ray Prickett y Keith Attwood. Cuatro magnetofones captarían diferentes sonidos y se utilizaron diversos equipos protegidos contra emisiones espúreas. Como observadores se encontraban Colin Smithe, Peter Bander, Sir Robert Mayer y el propio Raudive. Los magnetofones grabaron durante 18 minutos, durante los cuales un medidor especial indicaba que algo estaba registrándose en las cintas, aunque los auriculares de monitoreo no indicaban nada.

Durante la reproducción del material grabado, los presentes no salieron de su asombro. Se habían registrado más de 200 voces, 27 de las cuales eran perfectamente comprensibles. Incluso Sir Robert Mayer creyó reconocer en una de ellas la voz de su amigo Arthur Schanabel, concertista de piano ya fallecido.

 

Aislados de las radiofrecuencias

 El segundo de los experimentos se realizó tan solo tres días después. Esta vez fue en los estudios de la Belling & Lee, ubicado en Enfield. Este laboratorio estaba equipado con una pantalla de radiofrecuencia que impedía que cualquier tipo de onda electromagnética penetre en su interior. Supervisando la experiencia estaban Peter Hale, experto en este tipo de pantallas; y Ralph Lowelock, ingeniero en Física Electrónica. A pesar de las fuertes medidas de control, nuevamente se registraron voces claras. Tras estas pruebas, la editorial accedió a publicar el libro de Raudive.

Sin que la avalancha de críticas de los escépticos le hiciesen mella, Konstantin Raudive continuó desarrollando sus experiencias de obtención de voces, a la vez que trabajaba en su tesis del "mundo opuesto", que estaría unido al nuestro de modo que entre ambos se complementan.

Raudive aventuró además la hipótesis de que las almas de los difuntos que se encontraban en aquel "mundo", podían buscar una comunicación con el mundo de los vivos, y que las "voces" registradas en las cintas eran el resultado de esa comunicación. Raudive continuó con sus investigaciones hasta que falleció en 1974.

 Además de sus libros, Raudive dejó un buen número de grabaciones en cinta magnética. Buena parte de este material se guardó en un gimnasio en Münster-Vestfalia-Alemania, donde se habilitó una sala dedicada a la memoria de Konstantin Raudive y su mujer Marina, encontrándose expuesto tanto el material documental como los equipos técnicos utilizados en sus investigaciones.

 

La investigación en España

 Para hablar del fenómeno psicofónico en España, debemos hacer referencia a otro fenómeno presuntamente paranormal: Las caras de Belmez. En una humilde casa del pequeño pueblo de Jaén, conocido como Belmez de la Moraleda, comenzaron a surgir paulatinamente una serie de figuras que se interpretaron como rostros. Primero aparecieron en el suelo y más tarde se extendieron por otras dependencias de la casa; siendo calificado en su día como el “fenómeno paranormal más importante del mundo”.

Tras su divulgación por parte de los medios de comunicación, el fenómeno de las “caras” adquirió fama internacional y tras las romerías de investigadores y curiosos españoles, llegaron a Belmez parapsicólogos de otras latitudes. Uno de los más prestigiosos visitantes de la casa de las caras, fue el alemán Hans Bender, profesor de la Universidad de Friburgo, que había realizado una importante investigación sobre el fenómeno de las voces paranormales que grababa Friedrich Jürgenson.

Su visita a las “caras” propició la divulgación del fenómeno de la psicofonías, de la mano de un pionero en la investigación y divulgación parapsicológica en nuestro país: Germán de Argumosa.

Este filósofo, investigador y excelente divulgador, realizó algunos experimentos psicofónicos en la “casa de las Caras”, que trascendieron a los medios de comunicación, aun cuando estas temáticas no gozaban de muy buena fama en España por cuestiones que no eran del agrado de la dictadura franquista.

Tras la divulgación del fenómeno psicofónico, muchas personas se lanzaron a investigar a las voces paranormales. Algunos como una moda o una anécdota, otros de una manera más seria y sistemática.

Puede resultar injusto citar determinados nombres de algunos de los pioneros de la investigación en España, y omitir a otros solo porque sus trabajos no han trascendido a los medios de comunicación. Lamentablemente ocurre muchas veces que quien investiga, no divulga; y sus trabajos quedan en el olvido o solo llegan a unos pocos interesados. Por eso trataremos de ir mencionando a lo largo de los siguientes capítulos a todos aquellos que hayan aportado algo al esclarecimiento del fenómeno, aunque quizá sus nombres no sean demasiado populares.

Entre ellos, quizá uno de los más conocidos pioneros de la investigación psicofónica, y de la TCI en general, sea el catalán Sinesio Darnell.

 

Voces sin rostro

 El primer libro monográfico sobre el fenómeno de las psicofonías en nuestro país lleva por título “Voces sin Rostro” escrito por Sinesio Darnell.

Darnell es químico industrial y técnico en microbiología, además de estar diplomado en química oleoícola. Sus numerosas investigaciones y aportaciones al campo de la Transcomunicación Instrumental en general -y al de las psicofonías en particular- son reconocidas en diferentes países.

De las numerosas experiencias realizadas en su laboratorio de Barcelona reseñaremos una por su especial interés, a modo de completar la idea de como se presenta el fenómeno.

Sinesio Darnell asegura haber conseguido una prueba que desvincula al operador de las manifestaciones psicofónicas. Para ello realizó un experimento conocido como “doble ciego”, con el fin de que obtener el fenómeno sin su propia vinculación. Para ello pidió a un amigo que procurara, entre sus amistades españolas y extranjeras, y ajenas al investigador; una serie de preguntas grabadas en cinta. Las cintas, de las cuales Darnell desconocía su contenido y procedencia, debían contener preguntas grabadas dejando un espacio de alrededor de dos minutos entre cada una de las preguntas. Además, las cintas debían estar desprovistas de cualquier carátula u otro indicativo.

A medida que iban llegando las cintas, eran colocadas desordenadamente en un cajón. Cuando reunió unas treinta cintas con preguntas, comenzó la experimentación con este material.

Para ello, colocaba una cinta virgen en una de las pletinas, donde se grabarían las posibles psicofonías. Una segunda pletina se utilizaba para reproducir una de las cintas con preguntas escogida al azar. Ambos equipos estaban conectados a un temporizador sin una hora concreta, y las accionaba momentos antes de salir de casa; siempre y cuando la ausencia se prolongara por un mínimo de una semana.

A una hora desconocida por el investigador, el sistema se accionaba y una cinta reproducía las preguntas pregrabadas, mientras que la otra grababa tanto las preguntas como las posibles psicofonías que pudieran producirse. Las experiencias se prolongaron durante dos años y, según Darnell, muchas de las preguntas formuladas -por supuesto desconocidas para él- obtuvieron respuestas en forma de voces paranormales.

Las cintas contenían preguntas realizadas por gente de diferentes edades y formuladas en distintos idiomas (alemán, inglés y francés). Las respuestas obtenidas estaban en el mismo idioma en que fueron realizadas, salvo algunas que estaban en castellano y alguna en una lengua que el investigador catalán no pudo identificar.

 


¿Cómo suenan las voces?

 La práctica totalidad de los investigadores que hemos mencionado han utilizado métodos similares. Se trata de dejar una grabadora funcionando con la máxima precaución de apuntar y controlar cualquier ruido externo de modo que no se pueda confundir luego con un registro paranormal. Algunos prefieren realizar la experimentación en lugares alejados o significativos, mientras otros se ubican siempre en un mismo lugar.

 A medida que la cinta va registrando, algunos realizan preguntas concretas a las voces, mientras otros prefieren no intervenir. Al oír la cinta, probablemente no se escuche nada y el fenómeno no se haya producido. Y es que ni el más experimentado de los investigadores consigue registrar siempre voces paranormales. Pero si ha entrado un registro psicofónico, una voz o un sonido que no debería estar allí, puede hacerlo de muchas maneras y formas. A veces las voces son como un suave susurro. Otras se manifiesta como una voz medianamente comprensible, aunque débil y enmascarada por el ruido de la cinta o el que el propio investigador utiliza como ‘portadora’. Pueden ser extremadamente agudas o muy graves, y en raras excepciones, las voces se manifiestan con claridad. Indepedientemente de su sonoridad, pueden estar acompañadas por un ‘golpes’ o estar encimadas a la voz de los investigadores o de cualquier ruido ambiente.

En cuanto a su contenido, también ofrecen varios perfiles, aunque casi siempre son palabras únicas o frases muy cortas. A veces contestan a las preguntas de los investigadores, pero en otras parecen decir palabras fuera de contexto o con una semántica muy particular, como si emplearan alegorías o metáforas. Las hay tétricas y con sentido del humor, solemnes o soeces; y casi siempre se manifiestan en una lengua que el experimentador es capaz de entender.

Además de voces ‘humanas’, también se han captado registros de animales e incluso coros y música. Pero este sencillo método de pretendida comunicación con el ‘otro mundo’ resulta a veces escaso en contenido, por lo que algunos investigadores desarrollaron técnicas para un contacto más fluido, donde el contenido de las voces pueda aportar más información sobre los interlocutores. Así surgieron los metodos de ‘voces directas’, que solo unos pocos investigadores en el mundo han conseguido obtener.


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