miércoles

Capítulo 3 Voces directas

 


Insistimos en que el fenómeno psicofónico suele ser breve, y por lo tanto su contenido es limitado. Fue necesario que surgieran otros fenómenos y que se desarrollaran aparatos diseñados especialmente para el pretendido contacto, para que la información obtenida ganara en calidad y cantidad, y así conocer las características del ‘mundo siguiente’, según el dictado de las voces.

Si el fenómeno de la voces psicofónicas es de por sí sorprendente, mucho más lo es el de las llamadas ‘voces directas’, que recoge este nombre del espiritismo, en alusión a un tipo de mediumnidad donde las voces no surgían del medium, sino que éste las provocaba en un punto cualquiera de la sala durante la sesión.

En la mayoría de los casos conocidos de voces directas de TCI, las palabras surgen directamente del altavoz de una radio o de un aparato electrónico especialmente construido. A veces son perfectamente inteligibles y el experimentador puede mantener una conversación. Otras veces, frases de varias palabras –poco frecuentes en las psicofonías- aportan información sobre diversos temas.

Veamos pues algunos ejemplos de esta pretendida comunicación con el Más Allá.

 

Las voces directas de Marcello Bacci

 

El italiano Marcello Bacci fue uno de los referentes más importantes de la experimentación de voces paranormales en su país. Como tantos otros, comenzó su andadura en la investigación psicofónica a través de conocer las experiencias de Friedrich Jürgenson, relatadas en su primer libro.

Bacci, que ya se había interesado por los diferentes fenómenos producidos en las sesiones mediumnicas, comenzó a experimentar sobre el fenómeno de las voces. Desde sus primeros intentos, aparecían palabras y frases en las grabaciones que él mismo reconoció como la de amigos ya fallecidos. Los buenos resultados motivaron a mantener un ritmo de experimentación en un pequeño ‘laboratorio psicofónico’ ubicado en su localidad de residencia: Grosseto.

Rodeado de algunos amigos y colaboradores habituales, Marcello Bacci registró miles de psicofonías, hasta que en la década de los 70 logró las primeras ‘voces directas’.

En el laboratorio de Bacci, las voces salían directamente de una antigua radio con el suficiente volumen como para ser comprendido por todos los presentes en la mayoría de las ocasiones. Y es que en la sesiones de Bacci se reúnen a veces docenas de personas entre investigadores, curiosos y madres en duelo ansiosas por escuchar las voces de sus hijos fallecidos.

El investigador italiano no utiliza ninguna tecnología sofisticada. Su radio sólo está conectada a la red eléctrica y a un cable que sirve de antena. Durante las sesiones, Bacci comienza a deslizar la sintonía de la radio de una punta a otra del dial hasta que –a requerimiento del italiano- surgen las voces paranormales por el altavoz de la radio. Y las voces siguen modulándose aun cuando se modifique la frecuencia de sintonía de la radio. E incluso cuando se le retiran válvulas… ¡y con la radio apagada! Permítanme que les cuente.

 

Un experimento increíble

 

Siempre lamentaré no haber asistido a Grosseto el 5 de diciembre de 2004. Por cuestiones laborales tuve que rechazar la invitación de mi amiga Anabela Cardoso –de quien hablaré más adelante por sus importantes resultados en voces directas- para asistir a una sesión de voces directas en el Centro Psicofónico de Grosseto.

Una vez más, Bacci realizaría una de sus sesiones de voces directas, pero esta vez, además del público que normalmente se reúne en la sala de experimentación, asistirían un buen número de investigadores llegados desde distintos puntos de Europa. Entre ellos el catedrático David Fontana, anterior presidente de la Society for Psychical Research de Londres, la más antigua asociación de investigación de fenómenos paranormales. A la sesión también asistían Mario Salvatore Festa, profesor de Física en la Universidad de Nápoles; Paolo Presi ingeniero aeronáutico, investigador de los fenómenos de Bacci desde hace muchos años) e investigador italiano especializado en TCI. Otras muchas personas completaban el aforo del local donde Bacci realiza sus sesiones, hasta sumar nada menos que 37 testigos que aquel día se reunieron en el local de Grosseto.

La sesión experimental comenzó cuando Marcello Bacci se sentó frente a su radio Nordmende, modelo Fidelio, un receptor de los años cincuenta. A la izquierda se sentó David Fontana y Anabela Cardoso se sentó inmediatamente detrás, de tal forma manera que podía ver directamente a la radio. Mario Festa se posicionó a la izquierda de Cardoso y Robin Foy (jefe de la conocida investigación de Scole en Reino Unido que también asistió a la sesión de Bacci) se sentó a la derecha del experimentador italiano. Paolo Presi se sentó a la izquierda de David Fontana y el técnico de radio Franco Santi se encontraba libre para moverse por toda la sala.

A las 19.10 horas Bacci comenzó la sesión. Como suele ser  habitual, empezó moviendo lentamente el botón de sintonía de su antigua radio en la banda de los 7 a los 9 megahertzios. Todos seguían con expectación el ruido entrecortado de las emisoras mientras giraba el mando de la sintonía. Bacci buscaba “un buen ruido blanco”. Esta operación duró unos 20 minutos hasta que el veterano experimentador italiano aseguró en voz alta que “los siento  van a venir”. Dejó quieto el mando de la radio y el ruido blanco dio paso a un sonido como el de una corriente de aire.

Luego se hizo un silencio y llegaron las primeras palabras fueron en italiano y castellano. Bacci, se dirigió a los interlocutores para decirles que podían hablar en portugués, inglés o español, ya que los investigadores que se encontraban en la sala dominaban esas lenguas. Entonces los comunicantes se dirigieron a David Fontana y Robin Foy en inglés y a Anabela Cardoso en español.

La sesión de Grosseto duró en torno a una hora. Y fue durante ese tiempo cuando las voces, que quedaron registradas en distintas grabadoras. Los investigadores reconocen en torno a media docena de voces distintas hablando en inglés, castellano e italiano. Algunas de ellas tenían la caridad propia de las voces normales, mientras que otras presentaban una sonoridad distinta o se expresaban con una semántica poco habitual, como suele ser frecuente en las voces paranormales.

Anabela Cardoso, David Fontana, Paolo Presi y Mario Festa elaboraron un informe publicado en el número 20 de Cuadernos de TCI, la publicación especializada en los fenómenos de Transcomunicación Instrumental con más prestigio en la actualidad. Los autores explican que durante la sesión “algunas veces la onda sonora portadora de las voces se distorsionaba pero no obstante, el significado de aproximadamente el 70 por ciento del discurso fue claro y directamente entendido por los observadores”.

Sorprendentemente, “las voces se refirieron a los presentes por sus nombres propios y se dirigieron al Dr. Fontana por su nombre y apellido (‘David Fontana’ posiblemente para diferenciarle de David Pagnotta que se encontraba presente en la sala) y después añadieron ‘Ciao David’. Bacci fue llamado muchas veces por ‘Marcello’ o ‘Bacci’. Todos los nombres fueron pronunciados claramente y fueron fácilmente reconocidos por todos. Algunas veces las voces contestaron a preguntas en una lengua distinta de la usada por el interrogador, y algunas veces cambiaron asimismo el idioma en el curso de sus respuestas. No todas las preguntas fueron contestadas y algunas de ellas lo fueron solamente después de una pausa”.

 

La radio que funciona sin válvulas

Una radio sin válvulas no puede funcionar. La media docena de ‘lámparas’ que posee la radio de Bacci cumplen una función específica. Y si bien es cierto que alguna de ellas influye más que otra en el correcto funcionamiento del receptor, lo cierto es que dentro del experimento que los observadores llevaron a cabo en la sala de sesiones de Grosseto, las voces continuaron manifestándose aun cuando les faltaba estas piezas fundamentales del receptor. Y esto es técnicamente imposible. Mucho más cuando el italiano apagó la radio, y continuaron las voces.

El informe redactado por los cuatro investigadores califica a  este hecho como “el que marca este experimento como de importancia histórica no solamente en el campo de la investigación en TCI sino también en el área de la investigación de fenómenos psíquicos en general”.

Pero para comprender la importancia de este experimento, es necesario remontarnos dos años atrás, cuando Mario Festa y Franco Santi retiraron dos válvulas de la radio de Bacci, hecho que no interrumpió la comunicación. A pesar de que se descartó la posibilidad de un fraude a través de una manipulación de la radio, en aquella ocasión algunos críticos sugirieron que la radio podía seguir funcionando a pesar de que le faltaban estas dos piezas importantes.

En el experimento de diciembre de 2004, los resultados fueron aun más sorprendentes. Casi al final de la sesión, con el permiso de Marcello Bacci, se decidió que se retirarían todas las válvulas durante la recepción de las voces anómalas. “Así, aproximadamente una hora después del comienzo de las voces y mientras ellas continuaban, el técnico de Radio Franco Santi se inclinó sobre el banco de trabajo y extrajo cuatro válvulas y después de una pequeña pausa por motivo de que el cristal de la quinta estaba demasiado caliente para agarrar, retiró la quinta y última válvula. Las cinco válvulas, ECC85, ECH81 (las dos válvulas retiradas en el experimento de 2002), EF89 (que cumple la función de amplificador de frecuencia intermedia), EABC80 (el detector de AM/FM y amplificador de baja frecuencia), y EL84 (el amplificador de potencia final) se pudieron ver fuera de la radio y fueron colocadas a la vista de todos sobre el banco de trabajo. No obstante la ausencia de las válvulas, las voces continuaron con el mismo volumen y claridad de antes”.

Pero aun había más. “Cuando las voces hicieron una pausa, Marcello Bacci, sin previo aviso y cediendo obviamente a un impulso del momento, desconectó la radio y la luz que alumbra el dial desapareció. Luego de 11 segundos de silencio (los tiempos indicados en este documento fueron cronometrados de la cinta grabada durante el experimento) los observadores pudieron escuchar silbidos modulados (sonidos similares a latigazos) y el sonido que habitualmente precede la recepción de las voces paranormales de Bacci, el cual es semejante a un vórtice de aire. La voz del invisible comunicador, entrecortada de silbos, recomenzó 21 segundos después de la radio desconectada y continuó durante 23 segundos (cronometrados de la cinta) con la misma calidad acústica que se escuchara anteriormente, quizá algo más lenta pero con la misma claridad. Cuando el discurso terminó, los silbidos permanecieron por 6 segundos más mientras el vórtice que se escuchó al final de la última frase se tornó menos intenso y desapareció al cabo de 12 segundos. Aun así, el contacto no parecía haber terminado pues 53 segundos más tarde se pudo escuchar de nuevo el vórtice y al mismo tiempo una voz masculina muy débil que parecía producirse en él y comentar la frase que Mario Festa acababa de pronunciar ‘Siete grandi!’ (¡Sois grandes!). El fenómeno duró 2 minutos y 20 segundos después de que la radio fue apagada”, según se puede leer en el informe.

“La última parte del experimento no fue planeada y provocó gran sorpresa por parte de los observadores. En las tres etapas del experimento (radio conectada con las válvulas en su posición normal, radio conectada con las válvulas retiradas, y radio desconectada con las válvulas sacadas) las voces salían inequívocamente del altavoz de la radio, manteniendo la misma claridad y el mismo volumen después que el aparato fue desconectado. Se volvió a encender la radio durante un breve periodo pero no se oyeron más voces y se concluyó el experimento”. Franco Santi colocó la radio de modo que los presentes pudieran ver que se encontraba sin las necesarias válvulas, siendo este hecho además fotografiado y filmado en vídeo.

El informe concluye que “en opinión de los autores de este informe y de todos los otros bien informados observadores presentes, este experimento es de crucial importancia en la historia de la investigación psíquica porque la persistencia de la recepción de las voces en la ausencia de las válvulas y durante el periodo cuando la radio estaba desconectada concluyentemente descarta cualquier posibilidad de fraude o de emisiones de radio perdidas”.

 

Un ingeniero testifica a favor de Bacci

 

Uno de los mayores estudiosos de las voces paranormales obtenidas por Bacci, fue el ingeniero Carlo Trajna, de Florencia, quien analizó desde un punto de vista técnico las voces obtenidas en Grosseto. Respecto a las sesiones realizadas en el laboratorio psicofónico de Bacci, Trajna concluye:

 

Durante las sesiones estaban presentes, a veces, expertos en radiotécnica y ninguno de ellos encontró una explicación normal. Textos que entraban en código Morse (!) y que fueron descifrados por diversos entendidos, revelaron los mismos contenidos y las mismas expresiones lingüísticas que los mensajes paranormales verbales: ¡Solo eso ya basta para comprobar la legitimidad de los fenómenos! Estos aparentan estar localizados en el radiorreceptor, de donde las voces surgen directamente del altavoz, normalmente con tal volumen que pueden ser inmediatamente audibles por los presentes. Hasta mismo los grabadores de cinta, que registran normalmente los     fenómenos acústicos paranormales que surgen del altavoz y, al mismo tiempo, registran los eventuales ruidos ambientales, sean de tipo normal o, a veces, de señales de golpes que se manifiestan en el laboratorio.

 

Las voces registradas en el laboratorio de Bacci, difieren en varios aspectos de las psicofonías clásicas. Por una parte, se manifiestan directamente en el altavoz, incluso interrumpiendo o superponiéndose a las voces de los presentes.

Por otra parte, la duración de estas voces y sonidos se prolonga por tiempos mucho mayores que las voces en cinta magnética. Para quienes estén familiarizados con el fenómeno psicofónico, conocerán sobradamente que éste se manifiesta por breves espacios de tiempo, registrándose en el mejor de los casos tres o cuatro palabras. Las voces de Bacci, al igual que otras obtenidas de forma directa por otros investigadores, se prolongan a veces por varios minutos, llegando en algunas ocasiones a la media hora de duración.

Otra de las características que las distingue de las psicofonías, es que interactúa con los presentes; estableciéndose diálogos entre las voces y los participantes, característica muy poco frecuente en el fenómeno psicofónico.

 

El contenido de las voces

En tres décadas de paciente y constante experimentación que tanto Marcello Bacci como algunos de sus más asiduos colaboradores están llevando a cabo en el Laboratorio de Grosseto; el contenido de las voces que han registrado resulta muy variopinto.

Carlo Trajna, en sus diez años de observación de los fenómenos de Grosseto, identifica a seis o siete personajes habituales entre las voces; especialmente la femenina -que responde al nombre de Cordula- y a la masculina conocida entre los habituales del laboratorio como “Saggio”(el sabio).

Las voces de Marcello Bacci aseguran -entre otras cosas- que “...han entrado en contacto con los investigadores de Grosseto deliberadamente...”, por lo que Bacci y sus compañeros de pesquisa están convencidos de que las voces que captan en sus receptores provienen del Más Allá; y que son capaces de ver y oír todo lo que acontece en el laboratorio, así como leer las mentes de los allí presentes.

Este sería el contexto donde se producen los fenómenos de Grosseto, o por lo menos así lo ha entendido su principal protagonista -Marcello Bacci- , tal como lo refleja en su obra ‘Il mistero delle voci dall’aldila’, que incluye además una cinta magnetofónica con un resumen de las voces captadas por el autor.

Los ‘comunicantes’ de las experiencias de Grosseto, al igual que en otras experiencias psicofónicas que ya hemos tratado, hablan en diferentes idiomas, incluso entremezclando palabras de una misma frase. En el citado libro de Bacci, este recoge algunas de estas voces políglotas, como por ejemplo la siguiente:

         “...Cordula, vicino a Bacci, conosci. Good, serena Simonetta, very good Simonetta... I morti dico, speak..”

Bacci y sus colaboradores fueron los primeros en lograr las voces directas, pero no los únicos. Otras voces recogidas por diferentes experimentadores parecen avalar los fenómenos de Grosseto, que aun hoy en día se siguen sucediendo.

 

Las frecuencias de contacto

 El Ingeniero Carlo Trajna ha experimentado por su cuenta sobre el fenómeno de las voces directas, obteniendo también resultados. A consecuencia de sus pesquisas, ha recopilado una serie de frecuencias de radio donde se han registrado voces paranormales.

Estas son algunas de las frecuencias recogidas por Trajna, para receptores de BLU (Banda Lateral Única): 5,107 - 5,502 - 5,550 -5,610 - 5,616 - 5,658 - 5,670 - 6,525 - 6,577 - 6,586 - 7,720 - 8,837 -8,846 - 8,864 - 8,879 - 8,891 - 8,894 - 8,903 - 8,930 - 8,936 - 8,942 -8,949 - 8,970 - 8,971 - 8,977 - 8,992 - 9,003 - 10,027 - 10,069 -11,176 - 11,206 - 11,285 - 11,300 - 11,306 - 11,309 - 11,396 - 13,291 -13,610 - 17,916; todas las frecuencias en MHz.

 

Contacto en Luxemburgo

 El matrimonio formado por Maggy y Jules Harsch-Fischbach es el más famoso en el mundillo de la Transcomunicación Instrumental. Los resultados que presentan como prueba de sus contactos son significativamente impresionantes, difícilmente alcanzados por otros investigadores.

Maggy trabaja como profesora y Jules como funcionario en un ministerio en Luxemburgo. Desde mediados de los años ochenta, este matrimonio comenzó a experimentar sobre la obtención de voces en cinta magnética, tal como lo hacían numerosas ya en aquel entonces. De naturaleza muy activa, los Harsch-Fischbach asistían a reuniones y congresos que se realizaban en torno a esta temática, tomando contacto con otras personas que tenían intereses afines a fin de formar grupos de trabajo.

Ya en 1985 sus grabaciones de voces eran sorprendentemente claras y ellos mismos aseguraban estar impresionados por los resultados que día a día iban mejorando. El matrimonio afirmaba -al igual que muchos otros investigadores de todo el mundo- haber captado voces de amigos, familiares y conocidos ya fallecidos a través de las grabaciones en cinta magnética. A medida que sus “contactos” iban mejorando, una voz que se identificó como Konstantin Raudive –el pionero de las voces psicotónicas- empezó a ser más frecuente y concisa, dejando mensajes grabados con una claridad y extensión inusual.

Los supuestos contactos del matrimonio Jules y Maggy Harsch-Fischbach, no tienen comparación con las clásicas psicofonías registradas en cinta magnética. Sin embargo, y aunque los excelentes resultados obtenidos han levantado no pocas suspicacias, estos han sido corroborados por numerosas personas ajenas al grupo de trabajo y que se han convencido de la realidad de los fenómenos que allí se producen. Es el caso de Ernst Senkowski o el sacerdote católico Françoise Brune, tal como lo describe en su libro ‘Los muertos nos hablan’.

A las primeras voces recibidas, le siguieron otras más fugaces, hasta que en el verano de 1986 surgió una, con matices totalmente metálicos, “como de ordenador”, que el matrimonio Harsch-Firschbach identificó en un principio como un ‘técnico’.

 

El técnico

Según el testimonio del matrimonio, la voz de el ‘técnico’ comenzó, poco a poco, a darles algunas directrices sobre como debían organizar sus aparatos para una mejor recepción de las voces, tanto la suya como otras que surgían en la radio del Jules y Maggy.

El desconocido interlocutor sorprendía al matrimonio por sus amplios conocimientos de distintas disciplinas como ser física, matemáticas, astronomía, ciencias naturales, electrotecnia, historia y una impresionante capacidad para expresarse en multitud de idiomas; además de una memoria digna de un ordenador.

Sin embargo, su propia voz habría definido detalles sobre su propia identidad:

 No soy hombre, nunca estuve encarnado - no soy ni nunca fui animal - no soy energía ni una entidad de luz - fui y soy un ser sobrehumano ligado al planeta Tierra.”

De este supuesto ser recibieron además precisas indicaciones para poder construir dos complejas instalaciones con las que perfeccionarían aun más sus conversaciones. La primera de ellas es la llamada Eurosignalbrucke “ESB” (Europuente de señales), y más adelante la Gegensprechanlage “GA 1” (Instalación de retrocomunicación), la cual proporcionaría "mensajes" de mejor calidad y mucho mas extensos; e incluso diálogos sintonizado en el canal 21 de UHF, un generador de campos (diseñado por Hans Otto König, del que hablaremos en el capítulo siguiente), un filtro, dos lámparas ultravioleta de 366 mm otra militar, y un micrófono conectado a una grabadora que recogerá y grabará las voces. Según el matrimonio las voces surgen alternándose entre los dos receptores o a veces por el propio televisor.

 El GA 1 está reproducido en la figura y como vemos tiene menos componentes, con la salvedad de que algunos de ellos son construidos específicamente para el conjunto, como el generador de frecuencias de 25 a 30 Mhz o las antenas.

Algunos años después de sus primeros contactos, el matrimonio Harsch-Fischbach construyó otros equipos para mejorar su contacto, siempre guiándose por las indicaciones de sus interlocutores del "más allá". Así nació el ‘Puente de Burton’, que en su primera versión constaba de una ingente cantidad de equipos de radio, televisión, altavoces y las habituales luces ultravioletas. A estos aparatos se sumaban una videocámara, un teléfono con contestador, una bola de cristal y un antiguo ordenador con procesador 8088.

Posteriormente, el ‘Puente de Burton’ fue modificado, sustituyendo y agregándo nuevos aparatos, entre los que se incluía un ordenador 486, otro teléfono y un fax.

Para estos dos sistemas de captación de voces se cumple algo que ya hemos señalado en páginas anteriores y es que este tipo de instalaciones carecen de interpretaciones lógicas. El lector versado en temas electrónicos comprobará que -al menos en teoría- algunos de los componentes y su distribución en el conjunto no tienen ningún significado dentro de la ortodoxia técnica. Pero aun veremos otros dispositivos que tampoco poseen una estructura lógica, sin embargo -y siempre según sus propios constructores- tienen un significado práctico que se traduce en resultados.

 

Algunas ‘comunicaciones’ del Técnico

 

Para que el lector se oriente sobre la magnitud de estas curiosas instalaciones, y a modo de ejemplo de los “mensajes” que dice haber recibido el matrimonio Harsch-Fischbach, reproducimos aquí algunos de ellos:

 

“Para poder conseguir, eventualmente, este tipo de contactos a través de radiorreceptores, será preciso cultivar intensamente las recepciones regulares a través del micrófono. Sin esto, los diversos grupos de nuestro lado no conseguirán ajustarse a la voz humana”

 

“Mi intento de llegar a Uds puede ser comparada con la de un piloto que desea posar su avión en una pequeña isla, justamente en este día y en esta hora. Es un aterrizaje muy difícil, pero lo consigue”.

 

“Las vibraciones de este micrófono, en combinación con las ondas cerebrales del respectivo usuario, generan frecuencias que llegan hasta nosotros....”

 

         Respecto al estado emocional del experimentador, el “Técnico” argumenta:

 

“Los sentimientos exagerados, distorsionan el esquema oscilatorio: como por ejemplo la compasión exagerada, la euforia, excesiva tristeza, alegría o miedo exagerado... Conviene conservar el máximo equilibrio interno.”

 

“Ustedes pueden decirle a los interesados en la transcomunicación que es bueno colocar algún tipo de medidor durante sus grabaciones,  un metrónomo o cualquier aparato rítmico... Un despertador ruidoso también sirve como aparato rítmico.”

 

Una experiencia internacional de Transcomunicación

 

El día 22 de abril de 1987, Ernst Senkowski, catedrático de Física en la Universidad de Mainz y uno de los más preclaros estudiosos de los fenómenos que nos ocupan, recibió una llamada telefónica de Georges W. Meek, en aquel entonces director de investigaciones de la Metascience Foundation, de quien hablaremos en el próximo capítulo. El motivo de su llamada fue poner en conocimiento de Senkowski que un grupo del Más Allá había contactado con la medium Patty Ann y que pretendían realizar una experiencia de transcomunicación en los días siguientes. Según habría recibido la medium, la comunicación podía a intentarse en tres horarios diferentes: 10, 13, o 18:30 horas; e iba dirigida a el complejo que el matrimonio Harsch-Firschbach poseía en Luxemburgo.

Puesto en conocimiento del experimento el matrimonio de Luxemburgo, el día 23 a las 18:30 horas ambas instalaciones fueron puestas en funcionamiento con el fin de intentar recibir la pretendida comunicación.

Luego de las preparaciones preliminares, y por espacio de tres minutos, comenzó a oirse una voz a través del GA 1 que tras un “Good Afternoon” como saludo, se identificó como Nelson D. Rockefeller. A partir de aquí se inicio un breve dialogo entre Maggy Harsch y Rockefeller, donde a través de frases cortas hizo alusión a George Meek, Ernst Senkowski y Patt Ann.

A continuación habló el ‘técnico’, confirmando la intervención del anterior interlocutor.

Al respecto de este experimento, Ernst Senkowski escribió lo siguiente:

 

“Es evidente para cualquier iniciado, que este experimento en el cual dos grupos de transcomunicación ... colaboraron en planos más elevados con dos grupos terrenos (con el canal telepático Patty Ann de la Metascience Foundation en Franklin/EUA y con el canal técnico-mediumnico C.E.T.L. de Luxemburgo), representa una primera confirmación documentada de las potencialidades y realidades transcomunicativas...”[1]

 

El retorno de los pioneros

 

Tal como hemos visto en páginas anteriores, uno de los pioneros en la investigación y divulgación de las psicofonías -el letón Konstantin Raudive- habría contactado con el matrimonio Harsch-Firschbach a través de sus aparatos. También Friedrich Jürgenson, primer divulgador del fenómeno surgió entre las voces a tan solo ocho días de su fallecimiento.

A mediados de octubre de 1987, se encontraba además del matrimonio de Luxemburgo, el investigador Ralf Determeyer, quien ya había estado presente en otras sesiones de contacto con el “Técnico”. En esa ocasión Determeyer estaba consultando con su interlocutor los pormenores de un congreso que se organizaría en fechas próximas, cuando surgió la voz de Raudive diciendo:

 

Queridos amigos, querido colega Determeyer. Solo quiero decirles rápidamente que Friedrich Jürgenson llegó bien a nuestro plano. Luego él se comunicará a través de la estación Luxemburgo. Tanto Friedel como yo quedaríamos si pudieran hacer una rápida llamada al compañero Senkowski, para transmitirle esta noticia..”

        

Una voz que se identificó como el propio Jürgenson participó seguidamente de la conversación susurrando lo siguiente:

 

“¡Buenas tardes amigos mios! Aquí habla Friedrich Jürgenson. Gracias por su presencia. Naturalmente aquí se trata de otro tipo de conexión, de una especie de radar que nuestros amigos de aquí construyeron. Es una gran alegría para mi poder comunicarme hoy...”

 

Jules y Maggy Harsch-Firschbach aseguran seguir contactando con Raudive, Jürgenson y otros pioneros en el estudio de las voces.

Asimismo otros investigadores de otros países aseguran contactar también con estos personajes. Así, Sonia Rinaldi de Brasil, el sueco Nils Olaf Jacobson o Marc Macy de los Estados Unidos -entre otros- aseguran haber recibido mensajes y llamadas telefónicas de Konstantin Raudive años después de su fallecimiento, donde les hablaba en sus respectivos idiomas.

 

La ‘Estación’ de Homes/Malkhoff

 

Otro de los referentes en la Transcomunicación Instrumental, es sin duda el grupo formado en la ciudad alemana de Trier, y que sigue el patrón de comunicación que el grupo de Luxemburgo.

El grupo se formó cuando Adolf Homes –ya fallecido- publicó un anuncio en un periódico, donde buscaba personas interesadas en la experimentación de voces en cinta magnética. Al peculiar anuncio respondió Friedrich Malkhoff, y desde ese momento se pusieron a trabajar juntos en la investigación. Ambos habían experimentado sobre el fenómeno de las voces con anterioridad, sin embargo cuando comenzaron a realizar grabaciones conjuntamente, los resultados mejoraron considerablemente. Desde que comenzaron su andadura en 1988, sus esfuerzos se centraron en conseguir la voz de la madre de Homes, la cual había fallecido en 1935. Pocos meses después, consiguieron algunas voces femeninas que decían cosas como “Os saludo”, o “Os estoy llamando”.

Ambos investigadores experimentaron con varios métodos de grabación, llegando a la conclusión de que era mucho más importante la predisposición de los investigadores que el propio equipamiento técnico.

En el mes de octubre de ese mismo año llegó al conocimiento de ambos las experiencias alcanzadas por el grupo de Luxemburgo, e inmediatamente construyeron un equipo con una configuración similar a al GA-1.

A principios del siguiente año, comenzaron a recibir algunas voces a través de su nuevo equipo, entre ellas una que les decía: ”... En cuanto tengan ese gran equipo, nos empeñaremos en la Transcomunicación...”

En abril de 1989, los interlocutores de Homes y Malkhoff se identificaban como Thomas, Swejen Salter, Wernher Von Braun y un tal Seth, del quinto plano (?). A partir de entonces, los “contactos” comenzaron a producirse primero por teléfono, y luego por ordenador, pasando luego al video y TV. 

Las voces directas provenientes del presunto mundo donde viven los muertos también se consiguieron a través de aparatos especialmente construidos, algunos con resultados satisfactorios, mientras que otros quedaron en simples proyectos. Y en algunos casos, los esquemas fueron ‘revelados’ a sus constructores por los presuntos comunicadores. Es el tema que abordaremos a continuación.


4ª edición de "Nos vemos en el cielo"


Acaban de llegarme ejemplares de la cuarta edición de "
Nos vemos en el cielo", un libro que escribí con Miguel Pedrero y que trata sobre la supervivencia a la muerte de los animales desde muchos puntos de vista: el religioso, el de las creencias, el de las experiencias de supuestas manifestaciones de las mascotas. Este último apartado ocupa buena parte del libro, pero también hay un capítulo dedicado a las capacidades extrasensoriales de nuestros compañeros del reino animal, así como otro dedicado a la inteligencia de las plantas, capítulo que cierra el libro.

En relación con la temática de este blog, hay un buen número de páginas dedicadas a las experiencias de diferentes investigadores en relación con la comunicación con animales fallecidos a través de la Transcomunicación Instrumental (TCI) y, en particular, en relación con las psicofonías.

Quería compartir aquí el agradecimiento a todos los que leyeron este libro e hicieron posible que alcance la cuarta edición.

¡¡Gracias!!






Capítulo 2 Los primeros contactos

A principios del siglo XX, decenas de miles de personas habían abrazado la doctrina de los espíritus. Los fallecidos parecían haber encontrado un método para comunicarse con los vivos cincuenta años atrás, cuando las hermanas Fox –en Hydesville (Nueva York)- elaboraron un código para supuestamente dialogar con los muertos a través de golpes. Fueron varios miles los que imitaron sus técnicas y establecieron más tarde otras más depuradas, que con los años permitieron elaborar una doctrina y una filosofía ‘dictada’ por los espíritus, especialmente compilada y ampliamente divulgada por un francés, Hyppolite Leon Denizard Rivail, más conocido como Allan Kardec.

         Miles y miles de folios se llenaban con mensajes de los espíritus en América y Europa, en los que se relataban las ‘comunicaciones’ con el más allá a través de distintos métodos. Los ‘desencarnados’ presentaban como aval de su presencia distintos fenómenos físicos asociados a la pretendida comunicación, como los golpes que hicieron famosas a las hermanas Fox, ‘voces directas’ (de las que volveremos a hablar más adelante), vaciados, movimiento de objetos y un largo rosario de fenómenos, algunos de ellos tremendamente extraños y de dudosa veracidad.

         Por otra parte, en aquel entonces la electrónica comenzaba a ofrecer las posibilidades de una comunicación tecnológica, impensable años atrás. Y primero los telégrafos, después las radios y los teléfonos, irrumpieron en la vida cotidiana de miles de personas en todo el mundo. Comenzaba una verdadera revolución en las comunicaciones, donde las distancias parecían acortarse a pasos agigantados.

Y en ese momento surgieron los primeros ‘dictados’ de los ‘espíritus’ que preconizaban los contactos tecnológicos con personas fallecidas. Prueba de ello es el siguiente ‘mensaje’ aparentemente revelado a un médium en 1930 y publicado pocos años después por Suzanne Max-Getting, bajo el título de ‘Mensajes de un espíritu libre’: En uno de los pasajes el texto decía:

 

         ..En cuanto al papel de los médiums en el futuro, nosotros os hablaremos por medio de fonógrafos y vosotros nos veréis en el cinematógrafo.

 

         Otro de los mensajes, aun más concreto y detallado que el anterior, decía así:

 

...El médium desempeñará en el futuro un papel pasivo... En muchos casos, los aparatos sustituirán el trabajo de los mediums... Llegaremos por eso a prescindir del médium para recurrir al fonógrafo. El médium estará solo presente como carga fluídica para producir un ambiente beneficioso a través de su proyección... Podemos impresionar los rollos de un fonógrafo por medio de vibraciones de nuestras ondas. De esta forma nuestros pensamientos serán captados como lo son las ondas sonoras que proceden de las voces humanas que se graban en la actualidad. Una vez grabadas nuestras voces serán totalmente identificables como las emitidas por la voz... Las ondas que proyectan las entidades no están dotadas de la misma sonoridad que las que emite una garganta humana. Será necesario un producto muy sensible que se impresionará con extrema facilidad y que nos permitirá dictar a un fonógrafo como dictamos a un médium... Esta invención aun no está a punto naturalmente, pero ya se encuentra en estudio en algún mundo supraterreno...

 

         Más adelante continúa refiriéndose a la técnica como medio para comunicarse con el mundo de los espíritus, a través de imágenes

 

A continuación tendrá lugar la adaptación de la visión mediante la fotografía a distancia de las entidades, lo que permitirá llegar a unos resultados maravillosos. Visión y audición de los “desaparecidos en la tierra” lo que se traducirá en cine sonoro...

        

Las alusiones al contacto tecnológico parecen muy concretas, y esto constituye para muchos seguidores de la TCI, una prueba de las precogniciones de los espíritus. Pero en 1930, cuando fue redactado este texto, ya hacía varios años que las voces habían quedado registradas en un antiguo aparato.

 

La primera grabación

 

La primera grabación de voces paranormales que se conoce, ocurrió en la lejana Siberia de 1901. Por aquellas fechas, un antropólogo norteamericano llamado Waldemar Bogoras se encontraba estudiando a la tribu de los Tohouktchi. Con la intención de registrar los cánticos rituales de los chamanes, Bogras había llevado uno de los primeros fonógrafos, que captaban el sonido a través de una gran trompeta y lo registraba en un rollo cilíndrico. Es uno de los muchos inventos patentados por Thomas Alba Edison, prolífico inventor norteamericano que también se interesó por diseñar aparatos que pudieran registrar voces de los fallecidos, como veremos más adelante.

En una de las sesiones en la que Bogras grababa a los chamanes, el antropólogo comprobó asombrado como, entre las manifestaciones propias del ritual, se escuchaban unas voces que por momentos eran incluso más fuertes que las voces de los chamanes, como si hablaran directamente en la boca de la trompeta ¿Eran estas voces la avanzadilla del primer contacto?

         Otra referencia casi anecdótica sobre los primeros intentos de contacto tecnológico, la encontramos en la revista Light, que publicó en 1915 un extenso reportaje donde se planteaba la posibilidad de captar ondas electromagnéticas provenientes del más allá.

         Fuera de este contexto, y sin buscar contacto alguno, el médico italiano Ferdinando Cazzamalli realizó algunos experimentos con varios sujetos que poseían determinados desequilibrios psíquicos entre los años 1923 y 1925. El trabajo de Cazzamalli, compilado en su libro ‘El cerebro radiante’, buscaba respuestas sobre cual era la naturaleza física del fenómeno de la telepatía y los mecanismos que producían el trasvase de información de una mente a otra. En el curso de sus investigaciones, el médico italiano recibió extrañas voces paranormales en un receptor de radio, aun cuando éste estaba dentro de una Jaula de Faraday, dispositivo que protege a los objetos que están en su interior de las radiaciones electromagnéticas.

         La radio es otro de los aparatos que permitiría ese presunto contacto con personas fallecidas, pero si existe un dispositivo ‘estrella’ en estos contactos, ese es el magnetofón. Desde los primeros modelos que utlizaban un alambre cono soporte magnético, hasta las populares grabadoras portátiles, pasando por todo tipo de formatos de cinta que en el último medio siglo, han sido –aparentemente- intermediarios entre vivos y fallecidos.

 

Las primeras voces en registro magnético

Curiosamente fueron dos sacerdotes católicos los primeros en conseguir voces grabadas en cinta magnética. Se obtuvieron en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán por Agostino Gemelli –fundador de la Universidad Católica de Milán- y Pelegrino Ernetti el 17 de septiembre de 1952. Ambos religiosos estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato, que utilizaba un alambre a modo de cinta magnética. El alambre se rompía una y otra vez y Gemelli exclamó en voz alta “Oh padre, ayúda me”, invocando a su progenitor fallecido. Cuando encendieron otra vez la máquina, ambos sacerdotes no oyeron el canto gregoriano que esperaban oír, sinó la voz del padre de Gemelli que decía “¡pero por supuesto te ayudaré!  Estoy siempre contigo”  Después de este incidente, los padres Gemelli y Ernetti tenían una audiencia con el papa Pio XII, a quien contaron lo sucedido y el pontífice lo consideró como un descubrimiento importante, pero no se pronunció nunca sobre este asunto. Aun así, las investigaciones de ambos sacerdotes sobre este fenómeno se prolongaron durante toda la década, haciendo diversas pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces.

Años más tarde, en 1986, el padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista italiana Oggi, donde pormenorizó sobre los resultados e investigaciones realizados desde 1952. Ernetti también sería el responsable de otro invento supuestamente capaz de fotografiar el pasado y del que nos ocuparemos en otro capítulo.

Pocos años después, concretamente en 1956, el investigador norteamericano Raymon Bayless también captó voces de origen paranormal. Durante los trabajos de investigación que estaba llevando a cabo con el psíquico Attila von Slazay, quedaron grabadas en la cinta magnetofónica voces que no se habían escuchado durante la sesión mediumnica. Bayless intentó dar a conocer sus descubrimientos a la comunidad parapsicológica, pero sufrió la indiferencia de sus colegas que no dieron importancia al fenómeno.

         Otras personas habían logrado por aquellas fechas voces paranormales en cintas de audio. Un estudioso de la vida de los insectos, el médico inglés Thomas E. New, habría conseguido registrar algunas voces que semejaban a las humanas durante sus trabajos de campo. Luego de una paciente investigación, presentó su informe a otros colegas, pero acabó renunciando a la investigación y divulgación de este fenómeno para no perder su prestigio profesional.

         Algo muy parecido le ocurrió al alemán Karl Hintzman, quien había captado voces ininteligibles en el campo. Al igual que New, decidió interrumpir drásticamente cualquier investigación al respecto.

         Y aunque las psicofonías son un fenómeno presente desde la aparición de los primeros magnetófonos, lo cierto es que popularmente se le atribuye al pintor, músico y cineasta sueco Friedrich Jürgenson el descubrimiento del fenómeno.

         Según su propio relato, el hallazgo de las voces paranormales se produjo de forma totalmente casual. Fue en 1959, cuando Jürgenson se dirigió a un bosque cercano a su casa en Mölnbo, a pocos kilómetros de Estocolmo, con la intención de grabar los trinos de los pinzones para la banda sonora para un documental sobre la vida de los pájaros. Allí dejó su magnetófono cerca de un árbol y se alejó lo suficiente para que la cinta pudiera registrar con naturalidad los trinos de los pájaros.

 

Algo más que trinos

Cuando regresó a su casa dispuesto a escuchar el material grabado, notó que entre los sonidos propios de las aves, se escuchaban voces humanas, que el investigador identificó como palabras en sueco y noruego, junto con algo de música. Volvió días después al bosque para grabar nuevamente el canto de los pinzones, esperando que esta vez ninguna voz “ensuciara” su registro.

Habiendo tomado todas las precauciones para que allí no estuviese nadie, realizó una nueva grabación. Nuevamente aparecía una voz, que le llamaba por su nombre de pila. En un principio, Jürgenson pensó que aquellas voces pertenecían a alguna emisora de radio que había entrado accidentalmente por el magnetofón. Luego de algunas pruebas, desechó la idea de una emisora de radio y pensó que estaba utilizando una cinta reciclada y que aquellas voces pertenecían a un registro anterior. Luego de repetir la experiencia varias veces y con la certeza de utilizar cintas nuevas, comprobó que las voces se repetían en algunas grabaciones.     

         Un mes después, y mientras estaba trabajando para una radio, creyó sentir una voz en alemán que lo llamó por su nombre y que le contaba cosas sobre Rusia. En otras ocasiones, sentía voces en otros idiomas como por ejemplo el italiano o húngaro. Y es que Jürgenson -tal como otros de los más importantes investigadores del tema- era un experto poliglota. Jürgenson había nacido en Odessa y su carrera artística le llevó por Palestina, Italia y otros muchos países, hasta fijar su residencia en Suecia.

         Como las voces normalmente eran inaudibles durante la grabación y solo se convertían en un leve susurro al escuchar la cinta, Jürgenson había afinado su oído hasta el punto en que cayó en una especie de proceso de alucinaciones auditivas, donde interpretaba como voces casi cualquier sonido: el ruido de la lluvia, chasquidos, etc. Ante esta situación, decidió suspender sus experimentos durante algunos meses.

         Luego de reanudar las pruebas, había un “mensaje” que siempre se repetía y que lo invitaba a seguir escuchando. Ya dispuesto a abandonar por el cansancio, Jürgenson creyó escuchar en su magnetófono una voz que le decía “... espera, espera, escúchanos”. A partir de este momento, se dedicó totalmente a la investigación de este fenómeno.

         Después de varios meses de pruebas, y con la convicción de que las voces de las cintas pertenecían a seres ya fallecidos, presentó sus grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque no le dieron demasiada importancia al fenómeno.

 

Presentación en sociedad de las voces

 

 El desinterés de los parapsicólogos suecos por las ‘voces’ no fue motivo de desaliento para Jürgenson, y en 1964 publicó su primer libro bajo el título de Voces del Universo’, donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las voces, manifestaba su opinión sobre el origen del fenómeno. Para el cineasta sueco, las voces no provenían de ningún elemento físico sino del ‘más allá’.

Algún tiempo después, Jürgenson publicó su segundo libro bajo el arriesgado título de ‘Comunicaciones por radio con los muertos’ donde afirmaba -sin ningún tipo de reservas- que era posible mantener comunicaciones relativamente fluidas no solo con personas allegadas ya fallecidas, sino que también su método servía para comunicarse con personajes históricos de todas las épocas.

Los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento las tesis de Jürgenson, sino simplemente lo ignoraron a él y a sus libros. Otro tanto de lo mismo hicieron los investigadores interesados en la Parapsicología, a excepción del letón Konstantin Raudive, quien en aquellos años residía en Suecia. Este hombre llevaba años investigando todo lo relacionado con la supuesta vida después de la muerte, habiendo publicado el libro sobre el tema "El hombre del caos y su superación".

Raudive conoció a Jürgenson en 1964, y le pidió que reprodujera ante él las voces. Así lo hizo, quien hizo escuchar a Raudive y a un grupo de amigos una selección de sus mejores registros. El investigador letón quedó impresionado con el fenómeno de las voces y vio en él una oportunidad para demostrar, con métodos empíricos, la supervivencia de la vida tras la muerte física.

 

Un trabajo en común

 Desde ese momento, ambos investigadores comenzaron a trabajar juntos en la obtención de "voces". Fue uno de esos registros obtenidos en cinta magnetofónica, el que impresionó sobremanera a Raudive. En la grabación, el investigador asoció la voz registrada con la reciente muerte de su secretaria Margaret, con quien parecen “conversar” aquellas voces.

En el curso de sus experimentos, ambos investigadores tomaron nota no solo de los contenidos de los "mensajes", sino también de las condiciones en que fueron obtenidas las voces.

 Tras haber obtenido una ingente cantidad de registros psicofónicos, llegaron a la conclusión de que las grabaciones de mejor calidad habían sido obtenidas en verano, después de la puesta de sol y cuando el tiempo estaba frío y seco. En cambio las erupciones solares o la aurora boreal afectaban seriamente a la calidad de las voces obtenidas. Esto hizo pensar a muchos investigadores, y no sin razón, que el fenómeno de las voces podían deberse a fenómenos de interferencia electromagnética, y más concretamente a emisiones radioeléctricas que podían "colarse" -y de hecho lo hacen en algunas ocasiones, especialmente en los antiguos- en el magnetofón. Este argumento se apoya en que las ondas de radio, al igual que las "voces", se ven seriamente afectadas por las tormentas solares y la aurora boreal[i]. Si además tenemos en cuenta la precariedad de la tecnología de la época, en principio no es descabellado pensar que alguna emisora de radio se "colase" por el magnetofón y dejase algún sonido grabado.

         Posteriores investigaciones descartaron que el fenómeno se deba exclusivamente a emisoras de radio, ya que en diferentes laboratorios del mundo se obtuvieron psicofonías bajo el más estricto control, utilizando micrófonos en cámaras insonorizadas, Jaulas de Faraday, etc.

         El propio Jürgenson aseguró haber realizado grabaciones en presencia de técnicos de renombre, como T.Laurent, profesor en el politécnico de Estocolmo o el Ingeniero electrónico Lemke de Münich; siendo imposible cualquier recepción de señales externas debido al fuerte blindaje de los aparatos electrónicos.

         Pero antes de seguir avanzando en las primeras investigaciones, conviene detenerse un poco en la figura de Jürgenson.

 

El polifacético Jürgenson

La vida profesional de este personaje estuvo siempre ligada al arte en sus diferentes facetas. Desde sus primeros años, estudió canto y pintura. Con la revolución rusa, su familia tuvo que emigrar a Inglaterra, y en 1932 se trasladó a Palestina para continuar con sus estudios de canto y pintura. Su carrera como cantante de ópera la desarrolló en Milán entre 1935 y 1938, pero tuvo que abandonarla debido a problemas de salud.

A partir de 1949, Jürgenson comenzó su carrera como pintor. Trabajó  en la Catedral de San Pedro, donde pintó para la posteridad ‘La ciudad de los muertos’ debajo de la cripta. Completó sus trabajos como artista de pincel fino para las autoridades eclesiásticas realizando cuatro cuadros del Papa Pío XII, los cuales se encuentran expuestos en el Vaticano.

Tras realizar excavaciones en Pompeya entre 1967 y 1969, asumió una nueva etapa artística produciendo películas para televisión. Entre sus trabajos se encuentran ‘La decadencia de Pompeya’, ‘La tumba de Pedro’, o ‘El milagro de la sangre de San Genaro’, este último premiado en Cannes en 1970.

El Papa prohibía cualquier filmación de su persona, sin embargo permitió que Jürgenson rodara ‘Todos quieren ver al Papa’, por el cual le fue concedida la condecoración de ‘Commendatore di San Gregorio Magno’, a pesar de no ser católico.

 A partir de 1970, y hasta su muerte en 1987, Jürgenson se dedicó exclusivamente a la investigación y divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.

Su vinculación con la Iglesia Católica ha provocado ciertas suspicacias entre algunos investigadores que dudan del descubrimiento casual de las voces, ya que Jürgenson bien podía haber conocido las investigaciones de Gemelli y Erneti. Y es que Pío XII conocía de boca de ambos sacerdotes sus experiencias psicofónicas, y sus en sus buenas relaciones con Jürgenson podría haberle contado estas experiencias.

Jürgenson falleció en 1987, habiendo publicado tres libros y docenas de artículos, muy pocos traducidos al castellano.

 

El trabajo de Raudive

Konstantin Raudive es otro de los iconos más importantes en la divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.

         Al igual que Jürgenson, la vida Raudive fue un constante peregrinar por varios países de Europa. Estudió filosofía e historia de la Literatura en París y España, donde fue nombrado ‘Embajador del espíritu español’ por su traducción al letón del emblemático ‘Don Quijote’.

         Sus estancias en Alemania y Suecia ampliaron su dominio de distintos idiomas, lo cual se vería reflejado también en sus trabajos con las psicofonías, donde al igual que a Jürgenson- las “voces” le hablaban en varias lenguas.

         Luego de sus trabajos en común, y por discrepancias de criterios, Raudive y Jürgenson continuaron sus trabajos cada uno por separado a partir del año 1969.

         Por su parte, el investigador letón siguió realizando experimentos con las voces, utilizando una sencilla grabadora con la que realizó más de 100.000 registros. A veces, acoplaba a su magnetofón una radio, al igual que realizaba Jürgenson por indicación de las voces. Él estaba convencido que entre la banda de frecuencias que separa dos emisoras, resultaba más fácil el manifestarse a sus pretendidos interlocutores. Entre ellos, Raudive aseguraba identificar las voces de personajes como Carl Jung, Adolf Hitler o Wolfgang von Goethe.

 

Un disco con las voces

 En el año 1969, se publicó una completa recopilación de los trabajos de Raudive, con el título de “Lo inaudible se hace audible”, donde se ofrecía además una grabación con una selección de algunas de las mejores “voces” obtenidas durante su experimentación. Su libro puso en alerta a un buen número de escépticos, argumentando que las “Voces de Raudive” eran solo falsas interpretaciones de electricidad estática, el propio ruido de la cinta y le acusaron de confundir emisoras de radio con voces de espíritus.

         Dos años más tarde, en 1971, una importante editorial inglesa se interesó por lanzar una traducción al inglés del libro de Raudive. Con el fin de realizar algunas pruebas científicas que ofrecieran credibilidad al fenómeno de las voces, se realizaron algunos experimentos promovidos por la editorial Colin Smithe, celosa de guardar su prestigio antes de arriesgarse a divulgar un fenómeno tan extraño.

         Para el primero de estos experimentos, se convocó el 24 de marzo de 1974 a un grupo de profesionales del sonido en Gerrard’s Cross (Buckinghanshire). La supervisión de las pruebas estaba a cargo de las Pye Records Ltd, con el asesoramiento de los técnicos de sonido Ray Prickett y Keith Attwood. Cuatro magnetofones captarían diferentes sonidos y se utilizaron diversos equipos protegidos contra emisiones espúreas. Como observadores se encontraban Colin Smithe, Peter Bander, Sir Robert Mayer y el propio Raudive. Los magnetofones grabaron durante 18 minutos, durante los cuales un medidor especial indicaba que algo estaba registrándose en las cintas, aunque los auriculares de monitoreo no indicaban nada.

Durante la reproducción del material grabado, los presentes no salieron de su asombro. Se habían registrado más de 200 voces, 27 de las cuales eran perfectamente comprensibles. Incluso Sir Robert Mayer creyó reconocer en una de ellas la voz de su amigo Arthur Schanabel, concertista de piano ya fallecido.

 

Aislados de las radiofrecuencias

 El segundo de los experimentos se realizó tan solo tres días después. Esta vez fue en los estudios de la Belling & Lee, ubicado en Enfield. Este laboratorio estaba equipado con una pantalla de radiofrecuencia que impedía que cualquier tipo de onda electromagnética penetre en su interior. Supervisando la experiencia estaban Peter Hale, experto en este tipo de pantallas; y Ralph Lowelock, ingeniero en Física Electrónica. A pesar de las fuertes medidas de control, nuevamente se registraron voces claras. Tras estas pruebas, la editorial accedió a publicar el libro de Raudive.

Sin que la avalancha de críticas de los escépticos le hiciesen mella, Konstantin Raudive continuó desarrollando sus experiencias de obtención de voces, a la vez que trabajaba en su tesis del "mundo opuesto", que estaría unido al nuestro de modo que entre ambos se complementan.

Raudive aventuró además la hipótesis de que las almas de los difuntos que se encontraban en aquel "mundo", podían buscar una comunicación con el mundo de los vivos, y que las "voces" registradas en las cintas eran el resultado de esa comunicación. Raudive continuó con sus investigaciones hasta que falleció en 1974.

 Además de sus libros, Raudive dejó un buen número de grabaciones en cinta magnética. Buena parte de este material se guardó en un gimnasio en Münster-Vestfalia-Alemania, donde se habilitó una sala dedicada a la memoria de Konstantin Raudive y su mujer Marina, encontrándose expuesto tanto el material documental como los equipos técnicos utilizados en sus investigaciones.

 

La investigación en España

 Para hablar del fenómeno psicofónico en España, debemos hacer referencia a otro fenómeno presuntamente paranormal: Las caras de Belmez. En una humilde casa del pequeño pueblo de Jaén, conocido como Belmez de la Moraleda, comenzaron a surgir paulatinamente una serie de figuras que se interpretaron como rostros. Primero aparecieron en el suelo y más tarde se extendieron por otras dependencias de la casa; siendo calificado en su día como el “fenómeno paranormal más importante del mundo”.

Tras su divulgación por parte de los medios de comunicación, el fenómeno de las “caras” adquirió fama internacional y tras las romerías de investigadores y curiosos españoles, llegaron a Belmez parapsicólogos de otras latitudes. Uno de los más prestigiosos visitantes de la casa de las caras, fue el alemán Hans Bender, profesor de la Universidad de Friburgo, que había realizado una importante investigación sobre el fenómeno de las voces paranormales que grababa Friedrich Jürgenson.

Su visita a las “caras” propició la divulgación del fenómeno de la psicofonías, de la mano de un pionero en la investigación y divulgación parapsicológica en nuestro país: Germán de Argumosa.

Este filósofo, investigador y excelente divulgador, realizó algunos experimentos psicofónicos en la “casa de las Caras”, que trascendieron a los medios de comunicación, aun cuando estas temáticas no gozaban de muy buena fama en España por cuestiones que no eran del agrado de la dictadura franquista.

Tras la divulgación del fenómeno psicofónico, muchas personas se lanzaron a investigar a las voces paranormales. Algunos como una moda o una anécdota, otros de una manera más seria y sistemática.

Puede resultar injusto citar determinados nombres de algunos de los pioneros de la investigación en España, y omitir a otros solo porque sus trabajos no han trascendido a los medios de comunicación. Lamentablemente ocurre muchas veces que quien investiga, no divulga; y sus trabajos quedan en el olvido o solo llegan a unos pocos interesados. Por eso trataremos de ir mencionando a lo largo de los siguientes capítulos a todos aquellos que hayan aportado algo al esclarecimiento del fenómeno, aunque quizá sus nombres no sean demasiado populares.

Entre ellos, quizá uno de los más conocidos pioneros de la investigación psicofónica, y de la TCI en general, sea el catalán Sinesio Darnell.

 

Voces sin rostro

 El primer libro monográfico sobre el fenómeno de las psicofonías en nuestro país lleva por título “Voces sin Rostro” escrito por Sinesio Darnell.

Darnell es químico industrial y técnico en microbiología, además de estar diplomado en química oleoícola. Sus numerosas investigaciones y aportaciones al campo de la Transcomunicación Instrumental en general -y al de las psicofonías en particular- son reconocidas en diferentes países.

De las numerosas experiencias realizadas en su laboratorio de Barcelona reseñaremos una por su especial interés, a modo de completar la idea de como se presenta el fenómeno.

Sinesio Darnell asegura haber conseguido una prueba que desvincula al operador de las manifestaciones psicofónicas. Para ello realizó un experimento conocido como “doble ciego”, con el fin de que obtener el fenómeno sin su propia vinculación. Para ello pidió a un amigo que procurara, entre sus amistades españolas y extranjeras, y ajenas al investigador; una serie de preguntas grabadas en cinta. Las cintas, de las cuales Darnell desconocía su contenido y procedencia, debían contener preguntas grabadas dejando un espacio de alrededor de dos minutos entre cada una de las preguntas. Además, las cintas debían estar desprovistas de cualquier carátula u otro indicativo.

A medida que iban llegando las cintas, eran colocadas desordenadamente en un cajón. Cuando reunió unas treinta cintas con preguntas, comenzó la experimentación con este material.

Para ello, colocaba una cinta virgen en una de las pletinas, donde se grabarían las posibles psicofonías. Una segunda pletina se utilizaba para reproducir una de las cintas con preguntas escogida al azar. Ambos equipos estaban conectados a un temporizador sin una hora concreta, y las accionaba momentos antes de salir de casa; siempre y cuando la ausencia se prolongara por un mínimo de una semana.

A una hora desconocida por el investigador, el sistema se accionaba y una cinta reproducía las preguntas pregrabadas, mientras que la otra grababa tanto las preguntas como las posibles psicofonías que pudieran producirse. Las experiencias se prolongaron durante dos años y, según Darnell, muchas de las preguntas formuladas -por supuesto desconocidas para él- obtuvieron respuestas en forma de voces paranormales.

Las cintas contenían preguntas realizadas por gente de diferentes edades y formuladas en distintos idiomas (alemán, inglés y francés). Las respuestas obtenidas estaban en el mismo idioma en que fueron realizadas, salvo algunas que estaban en castellano y alguna en una lengua que el investigador catalán no pudo identificar.

 


¿Cómo suenan las voces?

 La práctica totalidad de los investigadores que hemos mencionado han utilizado métodos similares. Se trata de dejar una grabadora funcionando con la máxima precaución de apuntar y controlar cualquier ruido externo de modo que no se pueda confundir luego con un registro paranormal. Algunos prefieren realizar la experimentación en lugares alejados o significativos, mientras otros se ubican siempre en un mismo lugar.

 A medida que la cinta va registrando, algunos realizan preguntas concretas a las voces, mientras otros prefieren no intervenir. Al oír la cinta, probablemente no se escuche nada y el fenómeno no se haya producido. Y es que ni el más experimentado de los investigadores consigue registrar siempre voces paranormales. Pero si ha entrado un registro psicofónico, una voz o un sonido que no debería estar allí, puede hacerlo de muchas maneras y formas. A veces las voces son como un suave susurro. Otras se manifiesta como una voz medianamente comprensible, aunque débil y enmascarada por el ruido de la cinta o el que el propio investigador utiliza como ‘portadora’. Pueden ser extremadamente agudas o muy graves, y en raras excepciones, las voces se manifiestan con claridad. Indepedientemente de su sonoridad, pueden estar acompañadas por un ‘golpes’ o estar encimadas a la voz de los investigadores o de cualquier ruido ambiente.

En cuanto a su contenido, también ofrecen varios perfiles, aunque casi siempre son palabras únicas o frases muy cortas. A veces contestan a las preguntas de los investigadores, pero en otras parecen decir palabras fuera de contexto o con una semántica muy particular, como si emplearan alegorías o metáforas. Las hay tétricas y con sentido del humor, solemnes o soeces; y casi siempre se manifiestan en una lengua que el experimentador es capaz de entender.

Además de voces ‘humanas’, también se han captado registros de animales e incluso coros y música. Pero este sencillo método de pretendida comunicación con el ‘otro mundo’ resulta a veces escaso en contenido, por lo que algunos investigadores desarrollaron técnicas para un contacto más fluido, donde el contenido de las voces pueda aportar más información sobre los interlocutores. Así surgieron los metodos de ‘voces directas’, que solo unos pocos investigadores en el mundo han conseguido obtener.